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jueves, 29 de enero de 2009

Ligereza y pesadez


Este no es un escrito realizado a altas horas de la noche, pero el estado de letargo sería de gran parecido.
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Pensamientos activos y dispuestos a expandirse, ligeros, deseosos de vagar, ir y venir, subir y bajar. Participar con los pensamientos ligeros, elevarse en el espacio mental, viajar a través del recuerdo y la imaginación; ayudarles a los pensamientos a ir creciendo, madurando, diversificando los caminos ya recorridos, para generar la oportunidad de crear otros, nuevos, interesantes, emocionantes.

La pesadez llega cuando se retienen a los pensamientos activos, no se les permite ser, se desinflan las ilusiones y las ensoñaciones. Son amarradas sus expectativas, amordazadas sus consciencias, humilladas sus voluntades, automatizadas sus acciones, tensionadas sus resistencias, abandonadas sus esperanzas, acartonadas sus acciones.

Es cuando el tiempo transcurre terriblemente lento. Llega un momento en que las agujas del reloj parecen burlarse, disfrutar la agonía ocasionada por su lento movimiento; cada vuelta de minuto se siente eterna, no se diga una vuelta de hora.

¿Cómo contrarrestar esta situación? Cómo aprender a sobrellevar, o sobrevivir, cuando el tiempo se arrastra más lento que el derretimiento de un cubo de hielo en el Polo Norte.

sábado, 24 de enero de 2009

Sueños


Las ilusiones de la infancia suelen resurgir en la memoria de manera inesperada, invadiendo los sentidos, saturándolos de recuerdos, transportando la mente a tiempos llenos de imaginación y de entusiasmo.

Al volver a este pasado de ensueño, es casi imposible no recuperar momentáneamente todo lo que se encontraba alrededor: olores, imágenes, sensaciones, personas, etc., dando la oportunidad de poder viajar en el tiempo, revivir, casi de manera real, aquello que pasaba por la cabeza.

Con estas experiencias, de recordar los sueños que se tenían de pequeños, se va recuperando la alegría inocente de los primeros años, la dulce ingenuidad de la omnipotencia. Es gracias a los sueños de la infancia que se llegan a establecer nuevas metas, incluso pueden alcanzar aquellas que parecían imposibles.

Para algunos, la frase: recordar es volver a vivir significa, entre otras cosas, que es la oportunidad de recuperar la fuerza de voluntad, la ilusión y el empuje para alcanzar aquello por lo que vale la pena luchar, aquello que emociona y remonta a la etapa en que se era todopoderoso.

sábado, 17 de enero de 2009

Cambio


Era una mujer como alguna otra, sencilla, abierta, comunicativa, le gustaba estar con su familia y dedicarle tiempo al cuidado de su casa, disfrutaba una buena conversación, además de que apreciaba de vez en cuando un buen silencio.

Después de un tiempo, comenzó a descubrir algunas situaciones intrigantes en su pareja, parecía distraído cuando le hablaba, la mayoría del tiempo parecía cansado, pasaba mucho tiempo fuera de casa y no le daba importancia a las cosas qua antes disfrutaba hacer.

En una ocasión, después de algunas discusiones que iniciaron con tonterías sin importancia, él decidió que ya no quería seguir así, de manera que al final tomó la alternativa que le pareció más fácil.

domingo, 4 de enero de 2009

Exilio


La luz le daba de lleno en el rostro, era tan intensa que le hizo despertarse, no podía ver nada más que el brillo resplandeciendo ante su mirada, aunque cerrara los ojos y volteara la cabeza para ocultar la cara, la continuaba viendo.

Parecía que la luz la seguía a donde quiera que dirigiera el rostro, no se podía deshacer de ella. Comenzaba a desesperarse, quería que se fuera, que se apagara, que se fundiera, lo que sea, pero que dejara de perseguirla.

Desde hacía tiempo se había acostumbrado a permanecer en la oscuridad, a vivir en la penumbra. Conforme sus ojos se fueron habituando a la intensidad de la luz recordó cómo fue que llegó a ese estado de lobreguez.

Ella misma había forrado las ventanas de la casa con papel oscuro, había añadido cortinas gruesas, dobles. También se había asegurado de no salir primero forrando y luego apilando grandes muebles en las puertas que daban hacia afuera.

Había quitado los apagadores para no tener la tentación de encender la luz, no había lámparas de mano, cerillos ni encendedores. Se proveyó de alimentos no perecederos para no tener que salir a comprar nada.

Habían pasado algunas semanas mientras ella vivía en su extraño auto-exilio, pero una noche ocurrió que se tropezó con la mesa que se encontraba entre la ventana de su cuarto y la cama donde dormía, provocando que se cayeran las cortinas y se rasgara el papel.

Se olvidó de restaurarlos y se fue a dormir, hasta que sintió que la luz le daba de lleno en el rostro, era tan intensa que le hizo despertarse…

viernes, 2 de enero de 2009

La Habitación


Ubicado en el centro de la habitación podía tener dominio visual de lo que le rodeaba. Iniciando desde la puerta de entrada, pasando por donde se encontraba, hasta terminar en el otro extremo del cuarto.

Si veía de frente la puerta y realizaba una inspección visual hacia la izquierda, podía ver la pared pintada hacía ya tiempo que empezaba a descarapelarse, después el pequeño sillón reclinable que ya tenía marcada la forma de su propio cuerpo debido a la cantidad de tiempo que pasaba ahí, leyendo, escribiendo, a veces durmiendo, pero casi siempre simplemente se reclinaba y pensaba.

No es que pensara en algo específicamente, simplemente dejaba a la mente divagar, pasearse en libertad por lo donde quisiera (cosa que estaba haciendo nuevamente). Ahora podía ver la mesita de madera que había al lado del sillón reclinable, ya estaba desgastada por el uso, rayada sin querer, incluso tenía algunas manchas en su superficie, ya que había terminado por absorber algunos de los líquidos derramados sobre ella.

Después se encontraba un escritorio, ese donde se suponía que debía trabajar, pero que utilizaba como base de una pila de papeles, folders, accesorios de oficina, libros, engargolados, carpetas y demás.

Al llegar a la silla que hacía juego con el escritorio se dio cuenta que no quería seguir haciendo una revisión de la habitación, así que se dirigió a su sillón, ese que ya tenía amoldada la forma de su cuerpo, hizo fuerza con la espalda y con los brazos, se reclinó hacia atrás y comenzó a dejar que su mente divagara por donde quisiera, que fuera a donde le pareciera mejor.

jueves, 1 de enero de 2009

Presentación

Recopilación de escritos, elaborados principalmente en horas que se supone debería estar durmiendo.

Algunos son de hace ya tiempo, no pienso modificarlos sino ponerlos tal cual los escribí.



Así que no son necesariamente coherentes o claros. De ahí el nombre del blog.