Ubicado en el centro de la habitación podía tener dominio visual de lo que le rodeaba. Iniciando desde la puerta de entrada, pasando por donde se encontraba, hasta terminar en el otro extremo del cuarto.
Si veía de frente la puerta y realizaba una inspección visual hacia la izquierda, podía ver la pared pintada hacía ya tiempo que empezaba a descarapelarse, después el pequeño sillón reclinable que ya tenía marcada la forma de su propio cuerpo debido a la cantidad de tiempo que pasaba ahí, leyendo, escribiendo, a veces durmiendo, pero casi siempre simplemente se reclinaba y pensaba.
No es que pensara en algo específicamente, simplemente dejaba a la mente divagar, pasearse en libertad por lo donde quisiera (cosa que estaba haciendo nuevamente). Ahora podía ver la mesita de madera que había al lado del sillón reclinable, ya estaba desgastada por el uso, rayada sin querer, incluso tenía algunas manchas en su superficie, ya que había terminado por absorber algunos de los líquidos derramados sobre ella.
Después se encontraba un escritorio, ese donde se suponía que debía trabajar, pero que utilizaba como base de una pila de papeles, folders, accesorios de oficina, libros, engargolados, carpetas y demás.
Al llegar a la silla que hacía juego con el escritorio se dio cuenta que no quería seguir haciendo una revisión de la habitación, así que se dirigió a su sillón, ese que ya tenía amoldada la forma de su cuerpo, hizo fuerza con la espalda y con los brazos, se reclinó hacia atrás y comenzó a dejar que su mente divagara por donde quisiera, que fuera a donde le pareciera mejor.
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